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Toñi: “Hoy digo SÍ a ser parte de la comunidad de ACO-Madrid”

juliol 05/Joan Andreu Parra/

[ACO-Madrid] El domingo 16 junio estuvimos en ACO de fiesta. Toñi ha dado el paso a formar parte del movimiento. Fue un acto sencillo, cargado de emociones por todo lo que significa y lleno de sentido: nuestro crecimiento y compromiso en la fe. Toñi dijo en su presentación: “Me estoy creyendo lo que estoy haciendo. Me emociona lo que he experimentado. Lo he descubierto en esta etapa de mi vida y creo que todo cristiano tiene que vivirlo”.

Estuvo acompañada por su hijo Jorge y hermana Gema, además de una nutrida participación de los grupos, consiliarios, presidenta ACO Rocío Elvira, consiliario general de la HOAC, Jorge Hernández y amigos.

¡¡La ceremonia fue sencilla, participativa y entrañable!!

¡¡Toñi, gracias por tu sencillez y honestidad de alma!! ¡¡Ahora, a seguir caminando juntos!!

A continuación tenéis el testimonio de Toñi:

Paso a militancia

Quiero agradeceros a todos vuestra presencia por acompañarme en este momento, para mí importante. Lo que quiero expresar hoy no es solo el paso a la militancia en un movimiento, sino que es una reafirmación de por donde quiero que vaya mi vida y quiero hacerlo ante Dios y ante vosotros convencida de que al decirlo en voz alta adquiero responsabilidad y doy sentido profundo a mis palabras.

Creo en Dios, Padre de todos los seres de la tierra y del cielo, que siempre está con nosotros, que vive en nosotros porque llevamos su ADN, y que desde que tenemos conciencia Él quiere vivir en nosotros para que nos reconozcamos todos los seres humanos como hermanos y nos tratemos con amor y respeto.

A lo largo de la historia Él se ha manifestado y los humanos hemos intentado reconocerle creando distintas religiones expresando nuestra relación y entendimiento de su SER y lo transcendental del alma humana. 

Esto a veces lo hemos hecho con mucha torpeza, la comprensión de Dios evoluciona con el hombre, vamos caminando juntos. Su espíritu se manifiesta (aún en los que no creen en su existencia) cuando nos importa el sufrimiento de los demás, cuando nos mueve la compasión y el deseo de transformar todo lo que hace daño a los hombres, cuando nos reconocemos como hermanos.

Dios siempre nos lleva a los demás, su espíritu nunca nos deja inmóviles y siempre nos pone en camino. Por eso a veces no queremos escucharle, porque nos compromete.

La religión que he mamado es la católica, pero en las celebraciones no entendía casi nada de lo que se decía en las escrituras que leían y tampoco en lo que se decía en voz alta como creencia. La vivencia en la JOC fue el comienzo del encuentro del sentido del evangelio con la vida real.

La vida me dio la responsabilidad de formar y cuidar a dos personas a las que amo con todo mi corazón que son mis hijos, con ellos he aprendido lo que es dejar de mirarme el ombligo para trabajar por el crecimiento de otros, con ellos he madurado y me han hecho mejor persona. Nunca he dejado de hablar con Dios, pero mis hijos no están bautizados, ni han hecho la comunión, porque me cuesta mucho identificarme con la Iglesia como institución, ya que a veces la veo demasiado rica, muy jerarquizada, trabajando más por el poder que por los necesitados, sin defender las injusticias, muy machista y a veces homófoba…(no pretendo ofender a nadie, esta es mi percepción personal y sé que hablo con mucha ignorancia) además tal y como veía el sentido que se daba al bautismo y a las comuniones (sobre todo consumismo y apariencia), no he sentido la necesidad de realizarlo con mis hijos.

Pero sí tenía la necesidad de poner a Dios en mi camino, de revisar mi vida con otros, como hacíamos en la JOC, de dar sentido a mi existencia, de conocer más profundamente la persona de Jesús y de entender los evangelios para trasladarlos a mi vida. 

ACO se puso en mi camino y llevo unos años trabajando en un equipo donde estoy creciendo en compromiso, en sentimiento de comunidad, en mirada profunda a la realidad que me rodea y en comprensión de las escrituras. Me siento comunidad con los dos equipos de Madrid y poco a poco con ACO de Cataluña. Me identifico con su espiritualidad y su compromiso en el mundo del trabajo.

También llevo un año en un grupo de laicos en las Hermanitas de la Asunción que me están ayudando a profundizar en el conocimiento de la persona de Jesús y a ponerlo presente en mi vida cotidiana. He descubierto una iglesia comprometida con los pobres y sencilla, doy gracias a Dios por haberlas puesto en mi camino. Las hermanitas son acogedoras, siempre con una sonrisa y muy reivindicativas y comprometidas. Para mi son un ejemplo de la iglesia a la que quiero pertenecer.

Cuanto más conozco de Jesús más me enamora, siento que está transformando mi vida, que me hace mejor persona, quiero aprender a mirar a los demás como él lo hacía, a vivir a Dios cómo él, a amar con su profundidad. Quiero aprender a dejar que Él viva en mi….

Por todo esto hoy ante vosotros y ante Dios digo Sí a poner mis sentidos, mis manos y mi corazón al servicio de la construcción del Reino de Dios. A confiar, aunque no entienda, a dejarme llevar y guiar por su Palabra.

Quiero renovar mi bautismo haciendo consciente lo que eso significa de pertenencia a la Iglesia, una iglesia en la que quiero trabajar para que cada vez se parezca más a la iglesia que Jesús quería, donde los que la guían son los servidores, donde hombres y mujeres son iguales, donde los que no importan a la sociedad son los más importantes para la comunidad que los acoge y los sana con amor, donde todos comparten lo que tienen y lo que son…

Me comprometo a trabajar por la justicia social, por la paz, por la conservación de nuestro planeta, por la hermandad entre las distintas religiones y pensamientos…

Hoy digo SÍ a ser parte de la comunidad de ACO aportando lo que soy y trabajando para que seamos ejemplo de iglesia comprometida con el mundo del trabajo, siendo militante activa.

Pido a todos que me acompañéis en este camino de vida como comunidad cristiana. 

Pido a Dios que no deje de soplar su espíritu entre nosotros y nos ilumine el camino.

Te doy gracias Padre por presentarte ante nosotros con tu amor infinito que perdona y confía en el hijo pródigo, por no dar nunca a nadie por perdido, por ser la esperanza de la humanidad. Gracias por tu presencia en nuestro mundo, por resucitar en nosotros.