(Diócesis de Madrid) Hace algo más de un año, el 1 de febrero de 2020, una tarde de sábado, poco antes de empezar el confinamiento por el covid-19, nos juntábamos en la parroquia de la Crucifixión de Madrid, para hacer con antiguos militantes de la JOC (Irene, Nieves, Sonia), un consiliario de la JOC (José Luis) y algunos compañeros de trabajo (Álvaro y Marisa) una REVISIÓN DE VIDA ABIERTA.
Un equipo de ACO de Madrid, un par de meses antes, en el actuar de una Revisión de Vida se planteaba una ACCIÓN DE EQUIPO:
Hacer Revisión de vida con personas cercanas, ofrecerles la RVO como un medio maravilloso de poder contemplar la vida y comprometerse en ella. LA IDEA ERA LA DE CREAR UN ESPACIO “ABIERTO” PARA PERSONAS QUE IBAN APARECIENDO EN LOS HECHOS Y EN LA VIDA, QUE NO BUSCAN COMPROMETERSE EN UN MOVIMIENTO (O NO AHORA), PERO LES PUEDE APETECER UN ESPACIO PARA CONTRASTAR LA FE Y LA VIDA DE UNA FORMA PROFUNDA, EN COMUNIDAD, SIN INTEGRARSE EN UN GRUPO. Queríamos crear un espacio “intermedio” para personas con inquietudes, con algo de fe o apertura, y que no encuentran un espacio.
Se valoró la experiencia positivamente en la Zona y se decidió volver a repetirla en abril. Pero llegó el coronavirus y no nos atrevimos a retomarlo telemáticamente.
Empieza un nuevo curso. Se incorpora una nueva compañera al Movimiento: Irene, militante de la JOC de Vallecas hace ya algunos años, que había participado en aquella primera RVO abierta de febrero: ¡Un auténtico regalo! En ACO de Madrid volvemos a expresar, en nuestra planificación de inicio curso, la necesidad de llegar a otras personas, de aproximar la militancia obrera y cristiana a las que tenemos cerca (en los ambientes, en otras militancias...) Y aquí sentimos la Revisión de Vida Abierta como un interesante MEDIO (con letras grandes, mayúsculas e intermitentes… Jejeje). Ahora sí, contra viento y pandemia, volvemos a retomar las RVO abiertas.
En esta ocasión, nos planteamos como primer paso un Estudio de Evangelio que preparó Fernando Rivas, nuestro consiliario de zona, para poder compartir en los equipos, la VIVENCIA PERSONAL QUE TENEMOS DE LA DIMENSIÓN MISIONERA. “La mies es mucha y los obreros son pocos” (Lc 10,19):
“Sentimos remolinos de vida a nuestro alrededor que son nuestro Evangelio cotidiano. Después de algunos años de militancia nos descubrimos con una mirada educada en la contemplación de las personas y en la escucha atenta y ahí, reconocemos el soplo del Espíritu, sin embargo descubrimos que nos quedamos cortas en avivar el fuego de las demás”.
Después de este compartir a la luz del Evangelio de Lucas, llegaron los rostros concretos de las personas a las que íbamos a invitar a hacer RVO abierta el 20 de febrero telemáticamente. Y salió un listado con casi 30 nombres (antiguos militantes de la JOC y de ACO, equipos de vida, compañeras de trabajo, alguna religiosa y amigas). Con una preciosa invitación, que preparó David, con la imagen de un pequeño brote, nos fuimos acercando a esos rostros y nos fuimos sorprendiendo con respuestas afirmativas: “me apetece intentar este “experimento””; “tengo ganas de volver a “probar” la RVO”.
Esa tarde de sábado, fueron 3 personas que no eran militantes de ACO, las que se conectaron para hacer Revisión de Vida y todas y cada una de ellas fueron un regalo: Encarni con su forma de compadecer en su puesto de trabajo y su profundidad evangélica; Sonia con su sensibilidad hacia las que están en los márgenes y su rabia con la actitud de ser personas espectadoras; y Javi con su capacidad para abrirse a la vida desde el desgarro personal. Aquella tarde, echamos la mirada sobre el hecho de un trabajador contagiado por covid en la oficina, centrándonos en la falta de preocupación de las empresas por el bienestar de sus personas trabajadoras… Nos acompaña el texto del evangelio de Jesús expulsando a los mercaderes del Templo y la analogía entre el templo como un espacio sagrado y el trabajo como un espacio sagrado en el que hay que estar atentas a las posibles perversiones; también el texto de David y Goliat y en cómo los miedos en lo laboral nos atenazan en la figura de un David que se siente muy pequeño frente al gigante; y además el texto de las Bienaventuranzas, que nos sirve de oración final, después de concretar –ya sabemos lo que nos cuesta casi siempre– en lo pequeño, en lo cotidiano para que se haga grande y evangelice.
Para los militantes de ACO que participamos aquella tarde, fue emocionante. Partíamos con la incertidumbre de que no sabíamos con seguridad cuántas íbamos a ser, pero también con la certeza del gran valor y potencial que tiene la Revisión de Vida Obrera. También partíamos con las dudas al generar un equipo con gente que no se conocía del todo, o que no estaba familiarizada con la metodología del todo y, por lo tanto, miedos a la hora de dinamizar la Revisión de Vida. Tuvimos el convencimiento de intentar crear un ambiente amable, agradable y de confianza para posibilitar un espacio tranquilo y fluido para compartir.
Para finalizar, en ACO Madrid esta experiencia, desde nuestra pequeñez, nos está ayudando a acercarnos a otras personas y a acercarles la Revisión de Vida, con la creencia de que es una estupenda herramienta de transformación personal y colectiva que queremos seguir ofreciendo y compartiendo.