[Oración preparada por la diócesis de Lleida para el Comité General del 1/02/2025] LECTURA La tempestad apaciguada (Mc 4, 35-41)
35 Al anochecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos:
–Pasemos a la otra orilla del lago.
36 Entonces despidieron a la gente y llevaron a Jesús en la misma barca en que se encontraba. Otras barcas le acompañaban. 37 De pronto se desató una tormenta; y el viento era tan fuerte, que las olas, cayendo sobre la barca, comenzaron a llenarla de agua. 38 Pero Jesús se había dormido en la parte de popa, apoyado sobre una almohada. Le despertaron y le dijeron:
–¡Maestro!, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?
39 Jesús se levantó, dio una orden al viento y le dijo al mar:
–¡Silencio! ¡Cállate!
El viento se detuvo y todo quedó completamente en calma. 40 Después dijo Jesús a sus discípulos:
–¿Por qué tanto miedo? ¿Todavía no tenéis fe?
41 Y ellos, muy asustados, se preguntaban unos a otros:
–¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
REFLEXIÓN
Nosotros, discípulos de Cristo, pasamos por miedos e inseguridades inmensas, gritamos desde el miedo a la tormenta, pero el Maestro nos ayuda, revelando así el poder del Evangelio. El Reino vence cuando alguien es capaz de dormir en el corazón de la tormenta. No terminamos de creernos que Dios va en nuestra barca. El mensaje de Jesús es que hemos de confiar, aunque parezca que Dios no se preocupa de nosotros. No son las acciones espectaculares de Dios las que nos han de llevar a confiar en El. Dios está más cerca de nosotros de lo que pensamos.
PREGÀRIA
Señor, no quiero dudar de la tu presencia cuando todo se hunde, cuando parece que la vida es injusta conmigo. Tú siempre estás ahí.
PADRENUESTRO