El pensamiento de Paulo Freire sobrevoló en la mesa redonda “Educación política, más necesaria que nunca. Presentación Agenda Latinoamericana 2026” que se hizo el 19 de noviembre pasado en el monasterio de las clarisas de la Divina Providencia, de Badalona. Participaron Dani Jover Torregrosa, pedagogo e impulsor de la Universidad Rural Paulo Freire y Rosa Cañadell Pascual, que fue portavoz del sindicato USTEC·STEs (IAC) y es cofundadora del SIEC (Seminario Itaca de Educación Crítica), moderados por el periodista Joan Andreu Parra y en un formato de revisión de vida.
La edición de la Agenda 2026 está dedicada a la educación política y los promotores proponen que «hay que trabajar en la educación política de la gente, las comunidades, los pueblos, de todos los sectores sociales, deconstruyendo la concepción impuesta por los poderosos, que la política se reduce a la acción de los gobernantes que ya no representan a los intereses de la comunidad aunque tengan programas sociales o populistas».
En un contexto de «difusa esperanza», como sostiene el periodista Enric Juliana, Jover propuso «ver más allá de las apariencias para captar la dimensión de misterio y darse cuenta que, más allá de la ideología y del emotivismo banal, en la realidad palpita la esperanza». Por su parte, Rosa Cañadell admitió que «el sistema ha hecho todo lo posible para despolitizarnos» y lamentó que «los partidos y organizaciones de izquierda no han dado respuesta a las necesidades de las clases populares», y por eso esta deriva a los cantos de sirena de las opciones populistas. Para Cañadell, el mejor antídoto es la formación política y la repolitización de la sociedad, es decir, «entender qué está pasando en el mundo y usar las herramientas para poderlo mejorar», no solo desde las instituciones, sino «con una sociedad informada, concienciada».
Ciertamente, no ayuda el hecho de estar transitando de una sociedad más comunitarista a una sociedad más individualista. En este sentido, Dani Jover propuso «volver a los espacios comunitarios de fraternidad, reivindicar el derecho al silencio (ante la estupidización colectiva) y a la belleza». Para Cañadell, el reto es «cómo transmitir el gozo de hacer el bien a los otros».
En la sección del Juzgar, Cañadell hizo una crítica severa a un sistema educativo que está limitando el acceso al conocimiento de las clases populares en una carcasa «progresista»: «No estamos transmitiendo conocimiento y por eso hay un escoramiento de los jóvenes hacia la ultraderecha. No olvidemos que quien inspira todas estas reformas, la OCDE, quiere que la escuela forme a trabajadores competentes y sumisos». Y entró en varios aspectos fallidos como la privatización educativa que segrega, el aprendizaje por competencias y por proyectos, la educación virtual y en pantalla o las condiciones laborales del profesorado.
Finalmente, Cañadell pidió que la educación política «se haga en todas partes, no solo en la escuela» y explicó cómo en el Seminario Itaca de Educación Crítica reúnen a familias y docentes en desacuerdo con este sistema de enseñanza. Ante los datos que aporta el Informe Foessa sobre la fragmentación social, Dani Jover apostó por ir transitando del bien-estar al bien-cuidar: «El cuidado no funciona solo, necesita de confianza, respeto y responsabilidad.» Tanto Rosa como Dani compartieron cómo entrenan la esperanza, la primera viajando a menudo a América Latina: «Hay una dimensión intelectual/racional de la esperanza y otra más emocional/mística que me enseñan los militantes del Movimiento Sin Tierra». Por su parte, Dani subrayó cuán necesarios son los espacios celebrativos y que la «praxis de la esperanza es acción concienciada. No hay una varita mágica, hace falta el diálogo para llegar a decisiones compartidas».
Puede consultarse la mesa redonda en el video:
