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Sentir la llama de la zarza que nunca se apaga

juny 22/Joan Andreu Parra/

[Oración que fue leída por Jordi A. Romero, responsable de la zona Baix Llobregat, en el Comité General del 19/06/21]

Déu pare i mare:

Estos días he tenido muy presente el libro del Éxodo. Muchos paralelismos me han aparecido con los tiempos que nos están tocando vivir.

Empezando por que hemos pasado una cuarentena, nunca habíamos estado confinados, algunos prisioneros, otros a salvo en casa.

El aislamiento nos ha hecho crecer, hemos buscado medios para comunicarnos, de estar conectados.

Lo que parecía imposible, reunirnos, revisar nuestras vidas, seguir comprometidos con la sociedad. Hemos conseguido encontrar nuevas maneras de afrontarlos.

Se ha acrecentado un fenómeno, el de las falsas noticias, que hemos sufrido todos. Se ha acuñado un término “infoxicación”, para tratar de nombrar una paradoja. En un mundo hiperconectado, y sobre-informado, la verdad a menudo cuesta compromiso y búsqueda encontrarla.

Una consecuencia que se ha agudizado es que se duda de la realidad, temas consolidados universalmente, que se sabían, ahora son objeto de opinión. Vacunas o la esfericidad del planeta.

Hemos tenido que escuchar a presidentes preguntarse por qué no bebíamos lejía.

Sí, becerros de oro me parecen.

Otro paralelismo me aparece en la precarización, en el Éxodo maná y codornices como único alimento. Aquí no el alimento quizá, pero desde luego el tejido social, sanidad, trabajo, vivienda...

La renovación del compromiso, las idas y venidas de Moisés del monte Horeb. Me resonaban con nuestros valores. Que se ha puesto en cuestionamiento, lo que consideramos importante hoy se ha visto enriquecido por la vivencia del aislamiento social y la falta de contacto.

En este tránsito, todos hemos perdido algo o a alguien. Y, desde luego, cuando salgamos de esta pandemia, no seremos los mismos.

Esto me lleva a lo que me ocupa hoy por hoy.

Cuando el pueblo elegido salió del desierto, Moisés quedó atrás. ¿Quién los guiará?

Muchos son los retos que nos plantea volver a la normalidad. ¿Volveremos al centro de Barcelona para reunirnos? Ese contacto frecuente y fructífero con los que estáis a tantos kilómetros... ¿cómo conseguiremos mantenerlo? En la zona, ¿qué seguirá siendo online y qué presencial? Ya hay voces que piden fórmulas mixtas.

Pare/Mare te pido ayuda fuerza y sabiduría para poder crecer y continuar, para poder dar respuesta a estas incertidumbres y a las que vendrán.

De qué maneras podemos llegar a los desconectados y los que ya son mayores, para que puedan participar y seguir aportando riqueza como siempre lo han hecho.

Y de alguna manera seguir sintiendo dentro la llama de la zarza que nunca se apaga.